Porque las "experiencias sensibles", los paisajes encantadores, han perdido interés a mi visión. La consciencia profunda me induce hacia adentro, la interioridad, el intelecto, la potencialidad humana, física y mental.
Ante ciertas experiencias estoy tentado a pensar que nos componemos de varias partes interiores, como si funcionaran las distintas partes del cerebro, de acuerdo a su propio interés.
De allí que las experiencias en una oquedad, en la tierra, o bajo el agua, al sumergirnos nos transporten a algo lejano pero propio. La contemplación del fuego crepitando, es una regresión a nuestro pasado. Un placer oculto que viene en la genética.
Contemplar hacia arriba, al espacio es más atemorizante. La noción de infinitud toma cuerpo y tiene algo de desesperante percepción. Admirable el espacio, como incomprensible.
Luces de estrellas muertas, que llegan a nuestra percepción, nos dan idea de las magnitudes que se manejan.
En la convivencia diaria, se nos induce a comportarnos socialmente, lo que no veo mal, pero la existencia misma, la esencia de esa existencia, es personal, profunda, silenciosa, se capta en soledad.
La comunicación en internet ha llevado a una especie de síntesis de relaciones, se trata con el intelecto, sin la percepción sensible. Estoy fijo en un punto de la tierra hablando con alguien en Siberia, que nunca conoceré personalmente.
El silencio, el nivel de iluminación, la palabra introspección, viene a mi mente.
Paradójicamente, la naturaleza, que se presenta a través de los sentidos, es explicable, en uno de los sentidos posibles, por medio de la física y ella por medio de las matemáticas.
Escapar a las percepciones sensibles en ese sentido, es dominar la física, el conocimiento matemático que nos aproxima a la naturaleza.
Si se tiene la experiencia de realizar modelos matemáticos de sistemas físicos, se notará que hacemos aproximaciones de ellos, por medio de simplificaciones, adoptando superficies planas cuando tienen algunas irregularidades, o líneas rectas cuando no lo son realmente.
Pero modelar un árbol es una tarea enormemente compleja, que merece simplificaciones, obteniendo un comportamiento similar, para comprender su funcionamiento real.
Cilindros aproximan el tronco y las ramas. Estructuras elásticas con densidad constante. Perturbaciones aleatorias de viento mueven el modelo.
En la explicación de la naturaleza simplificamos en modelos matemáticos más simples. Pero cuando creamos, lo hacemos en base a "nuestra naturaleza" que es matemática.
Así vivimos rodeados de la naturaleza de la creación del hombre,
muros y locales prismáticos, superficies planas en sillas y mesas, círculos perfectos en mesas y muebles.
Mi vivienda concentra esos detalles, un edificio hecho en hormigón, con dos plantas y una terraza en el segundo piso. Visión general, del arbolado y la ciudad con edificios a lo lejos. Yo mismo participé en la construcción de esa estructura, lo que hace más profunda la consciencia de la misma.
Un Fresno, toca la terraza a nivel del segundo piso, puedo tocar el árbol en su parte más alta.
Al frente antiguos gomeros y Fresnos han superado ampliamente la altura de los dos pisos, superando tres ya.
Esta terraza no tiene presencia humana en invierno, el que me encuentra encerrado un piso abajo.
En verano es común que haga mis ejercicios allí. A la noche el aire corre fresco en esa altura. La pequeña casa en el nivel 3 es un lugar que diría, útil para meditar.
Pasa el tiempo y me mantengo en el lugar, como atraído por una fuerza creciente, invitándome a la reflexión a la quietud. Entendí que es el aumento de consciencia creciente, lo que te atrae y te mantiene fuera de los paisajes sensibles.
( en edición...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario